Antes de que acabe este mes, tengo que escribir algo, la única entrada de mayo he decidido dedicársela a lo que ha provocado en parte, la falta de baile en el teclado: el ocio que provoca el desempleo.
He estado un mes desempleado –por convicción, no se preocupen- y he experimentado desde el descanso mas jovial hasta una noche de depresión por estar inmóvil, creo que me he acostumbrado a vivir bajo presión.
Los primeros días toque guitarra dormí mucho, como hace tiempo no lo hacía, sobreviví a la gripe marrana, cambie drásticamente mis horarios de dormir y despertar, dormía a las 10 am, despertaba a las 6 pm.
Salí a caminar, me moje en la lluvia, no tanto como quisiera, pero al menos me divertí bastante con esa música y esos cielos que aun no acaban, esa sorpresa que va entregando poco a poco ahuyenta a la gente, pero pocos la disfrutamos parados en una esquina, sintiendo como va de la nuca a la espalda.
Y en ese aleatorio de canciones tan caprichoso, de nuevo se me dio una lección con una pieza, de ese pop dolido fantástico que rodea principalmente a la generación de mis padres.
A un mes de la libertad laboral, el redescubrimiento espiritual, “payasos en el cielo”, y “esta tierra me está llamando”, les dejo esto que espero también les sirva.